jueves, 9 de diciembre de 2010

He caído

Esta es una entrada corta, medio de derrota, de derrota entera, porque tras años negándome, finalmente he cedido a la presión. La presión de mis amigos, la presión de no enterarme de las cosas... Hoy, finalmente, me he hecho un Tuenti. Pero claro, tiene gracia, porque esta derrota no me sabe tan amarga como esperaba. Llevaba tiempo dándome cuenta de que iba a tener que hacerme uno, porque me quedaba fuera de las bromas, de las quedadas, mis amigos se metían conmigo sin que me enterara (en el buen sentido claro)... Pero ayer me vino una oportunidad de, pues eso, endulzar la derrota, y es que me aposté 10 euritos (cantidad que en estos tiempos que corren no es nada despreciable, téngase o no mi edad) a que lo tendría para hoy. Pues a la porra, hecho está, ahora me empezará a agregar gente a la que ni conozco ni, la verdad, me apetece conocer. Empezará un movimiento de socialización que, la verdad, me va a superar. Por lo menos, estoy bastante seguro de que dentro de unos límites, lo podré contener, o eso espero. Hasta más leer, y a mantenerse en los trece, que ceder está bien a veces, pero otras no. Esperemos que esta sea una de esas en las que está bien...


PS: Enterado quedo, Ángeles, o Shilar :P

sábado, 4 de diciembre de 2010

Pregunta tonta

Resulta que todos los días me dirijo a mi maravilloso (por favor nótese el sarcasmo) centro de estudio que el común conoce como I.E.S. Cervantes de Madrid. Todo eso está genial, sino fuera porque lo hago andando, y no sé otros, pero yo, andando a las 8 de la mañana por un Madrid recién amanecido, paso un frío del que se quejaría hasta Dostoievski. Pero ese no es el quid de la cuestión, sino que en el último tramo hay una parada de autobuses, en la que han puesto un anuncio de ropa interior de Intimissimi. Yo me pregunto ¿Está segura la gente que hace esos carteles que van dirigidos a mujeres (incluyo en mi pregunta tonta a las lesbianas, pero no en el primer grupo, sino en el segundo)? Porque a mí me parece que más bien van dirigidos a las mentes más simples que hay. Las de los tíos (y aquí incluyo a las lesbianas, pero ojo, no ofenderse, que no llamo simple a nadie). Todas las mañanas me paso 5 minutos andando hacia un punto y viendo al fondo un cartel enorme de una tía en ropa interior y postura provocativa. Más que a las mujeres, van dirigidas a sus parejas, que les dicen emocionados "¡¡Mira que conjunto más bonito!¡Ve!¡Ve y cómpratelo, que ya verás como te queda!"
Y hasta aquí, mi pregunta tonta del día. Hoy, hablando de otras cosas, he hecho un examen, llamado SAT, y que es, para abreviar, la Selectividad americana. Inglés y matemáticas. Y yo, que llevo dos años dando latín y griego, a hacer ecuaciones. La parte de inglés me ha salido de fábula (tengo yo algo con los idiomas, que se me dan bien), pero las mates, por lo menos "algo" me han salido (para éstas sí que no tengo nada de nada). En caso de que me salga muy muy muy muy bien, podré optar a beca para ir a empezar mis andanzas universitarias en territorio USAense.
En último orden de cosas, uno de mis grupos de música favoritos, Linkin Park, ha sacado nuevo disco, A thousand suns. Un disco raro, medio experimental, con un montón de canciones que en realidad son introducciones o transiciones. Aun así, con todo lo raro que es, tiene algo que me gusta. Aquí dejo con una muestra, no apta para oídos fisnos:


PS: La película de la que iba a hablar pero al final no lo hice es Jackass 3D. Sé que la mayoría de los mortales no consideran eso ni cine ni pollas en vinagre, pero yo me pasé una de las tardes más divertidas que había tenido en mucho tiempo, y al día siguiente, me dolía la tripa y la cara (agujetas de reírse, todavía lo estoy flipando, hacía años que no me pasaba). Pos eso, que me divertí, y mucho.
PS2: tengo intriga por saber qué quería decirme la misteriosa Ángeles Pavía...

sábado, 20 de noviembre de 2010

Nicolás II

Nicolás se levantó con las pilas cargadas. Tenía ganas de ir al colegio y contarle a su amiga Nadia las aventuras del fin de semana. Se abrió paso bajo las sábanas, asomando primero los pies, después las rodillas y finalmente el cuerpo entero.
Corriendo, llegó a la cama de sus padres. Pensaba despertarlos de un susto. Un susto de muerte. Se lanzó sobre el edredón gritando, revolviéndose. Su padre, alarmado,salió del baño con el cepillo de dientes en la boca. Su madre iba detrás, con el albornoz a medio poner y el pelo chorreando. Al darse cuenta de lo que pasaba, primero pusieron cara de reproche, y luego estallaron en carcajadas.


El desayuno estaba en la mesa, y Nicolás lo devoró con avidez. Tostadas, zumo de naranja (su preferido), el Cola Cao. Después se vistió. Con la mochila en la espalda y las zapatillas en los pies, se acercó con impaciencia a la puerta de la casa, urgiendo a su padre para salir.
Iban por la calle de los carpinteros, llegando ya a los portones del colegio. Nicolás buscó entre la marea de niños a su amiga Nadia, y la encontró en la misma esquina de siempre. Gritos, saltos, saludos, aspavientos.
-¡He aprendido una palabra nueva!¡Mola mogollón!
-¿Cuál es?¿Cuál es?¿Cuál es? -Preguntó Nadia, emocionada.
-... megamonaló... No, espera...
Su padre, que vigilaba a los niños junto con Fernando, el padre de Nadia, sonrió. -Se dice megalómano, Nico. -Le corrigió mientras se preparaba la pipa.
-¡Eso!¡Megalómano!
Nadia abrió los ojos y la boca, en señal de admiración. -Guau... suena a robot gigante...
-¡Es lo que yo pensé!¡Hasta he dibujado como sería!
-¡Podríamos hacer una historieta! -Dijo Nadia mientras miraba el dibujo de Megalómano -¡Dibujar una historieta!¿Te apuntas?
-¿Que si me apunto? -Respondió Nicolas, poniendo la "cara interesante" que había practicado en Navidades. -Me apunté en cuanto oí la palabra por primera vez.
Entre los dos niños empezaron a planear, mientras el padre de Nicolás encendía la pipa. Él y Fernando los vieron entrar a la escuela entre risas. Sabían que a las cuatro, cuando salieran, les contarían todos los avances que habían hecho.

PS: Un nuevo relato con nuestro amigo Nicolás. He pensao que si se me van ocurriendo relatillos pequeños y los enfoco en un mismo personaje, quizás algún día se me ocurra una manera (brillante, claro) de unirlos todos y acabe con un pequeño vástago literario entre manos. Si eso me funciona, me atreveré con mi género literario y al que más miedo le tengo al escribir: la fantasía. Porque quiero escribir algo "espadesco", pero no caer en los típicos tópicos en los que es tan fácil caer cuando te centras en esas baldías y agrestes tierras. Servidor se despide, no sin antes advertir que la próxima entrada va sobre una peli (bueno, peli, más bien no...)

jueves, 18 de noviembre de 2010

El prado de jaramago

Encajó el ojo en la mirilla. A lo lejos se distinguía un prado entero cubierto de jaramago, una flor amarilla, que hacía creer que el sol reflejaba allí sus rayos más claros. Se acomodó sobre la roca y siguió observando. Tras el prado había un pequeño bosque de cedros y abetos. Las ramas de unos y otros se peleaban por llegar al lugar más elevado, y poder dejar así a las hojas en buena posición para alimentarse. Por debajo, un riachuelo serpenteaba por entre los árboles, nutriendo sus raíces, que surcaban el suelo como si fueran las venas de una mano anciana.


Un ruido sonó detrás de él, sobresaltándolo. Se dio rápidamente la vuelta y se fijó en las matas de jara que le rodeaban. Otra vez ese ruido. Giró bruscamente la cabeza, intentando seguir la figura furtiva, que salió gateando por un extremo. Una ardilla. Soltó un bufido, a la vez aliviado y divertido. Estaba solo..., no había por qué mantenerse en tensión. Tanto tiempo sobre la roca le había entumecido el cuerpo, así que dio unos saltos y se echó unas carreras. Cuando terminó volvió a tumbarse, hincando los codos en las zonas cubiertas por el musgo.
Hacia el este, el riachuelo pasaba a ser río. A su vez, los árboles se abrían, dejando entrar la luz del sol, que rebotaba en las aguas cristalinas, dibujando luces y sombras en los nudosos troncos. Un poco más lejos, un puente unía las dos orillas. Eso era lo que buscaba. Esperó.
Al cabo de una hora, una pareja pasó por allí. El hombre era moreno, alto, fuerte. La mujer, rubia y menuda, se abrazaba a su acompañante con dulzura. Siguió la caminata cuando remontaban el río, cuando bordeaban el riachuelo, cuando salían por entre los cedros y abetos, cuando subían la colina que llevaba al prado de jaramago. Una vez en éste, se tumbaron, perdiéndose entre el amarillo. El observador, desde lo alto, giró la muñeca, acercando así la imagen de la mirilla. Difícilmente distinguió sus cuerpos, que se movían bruscamente, agitando la hierba a su alrededor. Un grito de socorro. No apartó la mirada de la sórdida escena que tenía lugar. Abajo, el hombre se incorporó, forcejeando con el cinturón. Una mueca de violencia deformaba sus facciones. Era el momento. Lentamente, empezó a contraer el dedo índice, primero acariciando, luego apretando con fuerza el gatillo. El eco repitió el disparo a lo largo del valle. Silencio. La mujer se levantó con salpicaduras de sangre en la chaqueta y lágrimas en la cara. Miró a uno y otro lado, confusa y espantada, y se alejó corriendo al no ver a nadie.
Sobre la roca sólo quedaba el calor que delataba la presencia de un hombre recostado hace poco sobre ella. Pronto, ese calor desaparecería.

PS: Ana, no sabes lo que has hecho. Ahora me ha entrado la curiosidad y te voy a dar la lata hasta que me digas tus interpretaciones (no te preocupes, que no me molesto fácilmente). Por cierto, hago campaña por Gilito... un nombre en toda regla ;)

lunes, 15 de noviembre de 2010

The yellow handkerchief (El pañuelo amarillo)

Últimamente estoy en un estado catatónico, como de contemplación inmóvil de lo que me rodea. Quedo con mis amigos y me lo paso muy bien, últimamente me estoy dejando llevar un poco menos por las normas y vivo generalmente feliz en el momento, conozco a gente interesante, me relaciono con personas con las que nunca pensé que me relacionaría y de formas poco habituales de una persona generalmente tan aburrida como yo. Estoy, en resumen, viviendo experiencias nuevas, que se podrían tachar de excitantes. Tengo además una relación muy especial, con la persona más especial de las que me rodea, y esa relación a la vez me hace feliz y a la vez me angustia. Vamos a dejarlo en que vivo, generalmente, feliz, hasta que esos momentos que "vivo en el momento" se acaban. Entonces vuelvo a mi estado de contemplación. El otro día, hablando con una persona con la que disfruto mucho en las conversaciones, me dijo que me leía por aquí, y que le parecía curioso, porque me regodeo mucho. La verdad es que tiene razón, me regodeo día sí, día también. Espero que sea un proceso no muy largo que me lleve a vivir todo con menos complicaciones.

Y ahora, después de esta sarta de ambigüedades, ralladas varias y demás, os vuelvo con el cuento de que desde hace un tiempo vengo viendo un montón de películas, y hoy me he visto una de la que tengo que hablar:

The yellow handkerchief es el remake de una peli del 77 llamada El pañuelo amarillo de la felicidad, del director Yôji Yamada. La actual (bueno, del 2008) nos lleva a Lousiana, uno de los estados sureños de ese gran país que dirige Obama, donde un ex-convicto, Brett (interpretado por un William Hurt enorme) se une a dos jóvenes, Martine y Gordon(Kristen Stewart, la reciente protagonista de las películas de Crepúsculo y a la que, después de haber visto en una par de pelis, he llegado a la conclusión de que no la odio, y de que me puede caer bien y todo; y Eddie Redmayne)en un viaje que le llevará a recordar su relación con May (Maria Bello), y que llevará a las tres almas solitarias a compartir su tristeza e intentar salir adelante. Está bien resumido, contando lo mínimo, para evitar información innecesaria...


Es la segunda peli independiente que me veo en un corto espacio de tiempo, y me ha gustado mucho. No voy a poner elocuentes palabras para recomendar esta peli (que no ha sido estrenada en nuestro país y sólo está disponible en su idioma patrio), entre otras cosas porque no me apetece a estas horas. Simplemente voy a decir que disfruté con esta película, y que no mata pararse a ver, a mirar, a identificarse con los personajes, a malgastar hora y media tras una pantalla con una historia que ni tiene hostias, ni efectos especiales, ni un presupuesto de *illones, hora y media que seguro que tan mal gastada no está.

PS: Se me había ocurrido que algún día podría escribir alguna entrada en inglés (para el checho habrá que esperar un poco más), así que si a los que me leéis (y me hacéis saber que me leéis) no os importa, y le echáis tanto valor como yo, me gustaría intentarlo...
PS2: Siento lo del vídeo. He intentado arreglarlo, pero no consigo ponerlo a un tamaño normal

viernes, 12 de noviembre de 2010

De alguna forma

De alguna forma la lluvia traspasaba las gafas y se le metía en los ojos. Se colocó la capucha, hundió las manos en los bolsillos y se encogió para protegerse del frío. Le quedaba un largo camino a casa, y esta vez tendría que hacerlo a pie. Encendió el mp3, para no pensar en la tarde que había pasado. Mientras avanzaba por el viaducto se entretenía mirando cómo caía la lluvia en Madrid. Era una lástima que hubiesen estropeado la vista con los cristales "anti-suicidio", pero aun así merecía la pena pararse a observar, sobre todo con esa lluvia bañando las farolas. Continuó caminando, dando una vuelta por el parque de las Vistillas, saludando a los mendigos que ocupaban el porche, mirando los grafitis, pateando la arena.
Finalmente llegó al portal, donde, una vez más, la llave se atascó. Tras cinco minutos forcejeando con la cerradura, consiguió abrir la puerta, y ésta se cerró como si fuera un trueno, o tal vez fuera uno de verdad. Subió los peldaños, como si cada uno fuera una montaña. La puerta de la casa se acercaba lentamente, abriéndose y dejándolo pasar, cerrándose tras él. Una voz desde el salón reclamó su presencia, y él, como un autómata, se dirigió hacia ella. La cara de su madre apareció frente a la pantalla del ordenador, con un tono blancuzco, cansado.
Siguió la rutina de contestar con monosílabos, dio media vuelta y encaminó el pasillo en dirección a su cuarto, arrastrando los pies. Lentamente se quitó la ropa, sustituyéndola por un chándal viejo. Deslizó su cuerpo debajo del edredón y se puso a pensar. Otra vez a pensar. Decidió imaginarse en una playa, y le vino a la cabeza la de su pueblo. Empezó a acordarse de cuando tenía 5 años, cuando sus padres todavía estaban juntos. Cuando iba a visitar a sus primos al ritmo de Smoke on the water. Cuando jugaba a saltar las olas, y cuando las retaba a destruir las inexpugnables fortalezas de arena que diseñaba. Así, poco a poco, recuerdo a recuerdo, se fue quedando dormido.
Tuvo un sueño movido, inquieto. Se despertó varias veces, y necesito repetir el proceso de la playa para volverse a dormir. Por fin consiguió conciliar el sueño durante unas horas, las justas para aguantar al día siguiente, pero de su cara no se marchó el ceño fruncido, ni tampoco esa frente surcada por arrugas de preocupación.
El despertador cumplió su función, y entre sudores abrió los ojos. Notó una presencia cálida, un brazo que le rodeaba y una mano que se aferraba a la suya con intención protectora. Se giró para ver quién se encontraba a su lado, y no pudo evitar esbozar una sonrisa cuando la vio. Una boca ligeramente abierta, unos ojos cerrados. Con delicadeza le acarició los labios, y se levantó, tratando de no despertarla. Se asomó a la ventana. Aún estaba lloviendo. Un bostezó le hizo girarse y ver cómo se desperezaba ella.
-Buenos días

PS: Y esta es la primera de mis entregas semanales (esperemos) que, para que no quepa duda, no tendrán ni mierda que ver con ésta mi ocurrencia que ocupa las líneas superiores. Buenas noches, y buena suerte...

lunes, 8 de noviembre de 2010

¡Qué de cosas!

Y una vez más vuelvo de entre los vivos para quejarme de lo ocupada que tengo la vida, para quejarme de las cosas que me pasan, para quejarme de todo un poco, vamos. Pero la verdad es que no tengo mucho de lo que quejarme. Necesito un empujón en el ámbito académico, pero en realidad, por el resto, estoy bien. Así que, sin más dilación, voy a resumir todo lo que me ha pasado en este casi-mes que llevo "no rondando" por la blogosfera:

- He hecho exámenes, muchos exámenes (y los que me quedan, que no tengo ni una semana libre hasta navidades).
- He apuntado al cada vez menos imberbe rostro que se oculta tras el teclado a un concurso literario, en el cual presentaré dos relatos. Uno ya se conoce por aquí, Nicolás (Humo II), y el otro está en desarrollo.
- He decidido que este blog va a ir adquiriendo un carácter más "útil". Con esto me refiero a que voy a empezar a utilizarlo como lo había concebido, es decir, para escribir reseñas, tanto de cine, como de libros, como de cómics, como de... (creo que se pilla la idea); para subir mis fútiles, vanas y mejorables ocurrencias literarias; para recomendarle al iluso/a interesado/a alguna canción, película, libro...
- He decidido que las publicaciones en el mismo sean más o menos periódicas, de forma que publique al menos una por semana.
- He descubierto que ahora mismo, dentro de lo que cabe, soy muy feliz. Y la verdad es que está muy bien darse cuenta de esas cosas.
- He cumplido un año con el blog, y la verdad es que estoy bastante contento con mi vástago. Aunque no haya habido una celebración como Dios manda (que ahora, con la llegada del Papa y la nueva basílica barcelonesa, eso de Dios está de moda :P), siento como si la hubiera habido.
- He visto varias pelis: La red social, que me ha gustado mucho (el nuevo Spider-Man apunta maneras); Scott Pilgrim contra el mundo, que me ha parecido genial, una genial comedia con la que pasar el rato; y alguna más...
- He leído por fin el primer capítulo de La Senda Oscura, que mira que tenía ganas, y me ha gustado mucho
- He leído que hay una tal Lorena, editora de una revista literaria online a la que le van a publicar una novela, por lo que no puedo más que felicitarla.
- He ido a una fiesta de Halloween en la que no conocía a casi nadie (el termino que buscáis es "de acoplado") y en la que me lo pasé muy muy bien (qué fácil es hacer el idiota delante de desconocidos y conocidos tan idiotas como tu).

Y ese es más o menos mi resumen de lo que viene siendo un mes de existencia. A ver si de verdad consigo hacer de este paraje un lugar más productivo, en vez de quejarme tanto.

PS: Los dos puntos referentes a mi blog (no el del aniversario, claro está), representan tan solo mi intención de llevar a cabo mis planes, no una declaración ferviente de que lo haré o moriré en el intento. Por favor no se me culpe si incumplo alguno de mis cánones autoimpuestos :P

sábado, 16 de octubre de 2010

Paper Man

De vez en cuando servidor tiene algo de tiempo libre y disfruta de la vida y sus maravillas: un paseo bien dado mientras escucho música, un buen libro que me atrapa, una tarde de risas con mis amigos... en este caso se trata de una película. Paper Man es una de esas pelis que van a pasar inadvertidas para el público en general, pero que estoy seguro de que calará hondo en las mentes de los pocos que la vean.


La historia gira en torno a Richard, un escritor que pasa una mala racha, incapaz de volver a escribir nada. Su matrimonio está pasando por algunas dificultades, así que decide irse a una casa en un pequeño pueblo a despejarse y aclarar sus ideas. Hasta aquí nos encontramos con la típica historia de depresión, pero todo cambia cuando descubrimos que Richard, a sus años, tiene un amigo imaginario, el Capitán Excelente. Pasados los 10 primeros minutos de película tenemos un claro cuadro de lo que va a ser esta, pero eso no quita para que nos sorprenda, emocione... con una historia tierna y triste de un hombre que se siente solo.
Esta es una de esas pelis que te llegan, que te dan la impresión de dejarte con un nudo en la garganta durante el resto del día.

Y, aunque no se me crea, no he dicho casi nada de la verdadera trama :P...

PS: Mis ambigüedades son muchas, de diversa índole y muy complicadas. Escribirlas aquí me libera un poco bastante de tenerlas ahí guardadas. De todas formas, ya las tengo un poco más claras...

miércoles, 13 de octubre de 2010

Lo que me depara...

Desde que empezó el instituto estoy agobiado, muy agobiado. Me levanto a las 7:30, voy a clase (no me da tiempo ni a desayunar), vuelvo para comer cualquier porquería mientras veo alguna serie y en seguida a ponerme a hacer deberes, generalmente con música de fondo. Para cuando termino tengo que ir a una academia de inglés en la que estoy apuntado para sacarme dos exámenes cruciales para mi futuro: TOEFL y SAT. El primero (Test Of English as a Foreign Language) lo hice este sábado, y la verdad es que estoy bastante conforme con cómo me salió. El segundo es una especie de selectividad, pero en el que sólo te examinas de dos materias: inglés y matemáticas. De este probablemente me examine en diciembre, y si la suerte me sonríe, aprobaré los dos.

Probablemente a estas alturas ya esté claro, pero para aclarar, estos dos exámenes son los que necesito para irme a estudiar la carrera a los EEUU. Si todo me sale bien, dentro de un año escribiré algo como esto, pero a unos cuantos kilómetros de distancia desde el punto en el que escribo ahora. ¿Que por qué me quiero ir?Creo que la respuesta es bastante evidente... independencia, aventura, gente nueva, escapar... Probablemente acabe estudiando antropología social y cultural, que es una de las carreras que más me interesa ahora. Me encantaría hacer periodismo, pero la verdad es que está bastante mal el tema, peor al otro lado del charco, por lo que opto por mi otro gran interés. Si no puedo ir a la universidad principal tras la que estoy, y tengo que ir a otra, a lo mejor cojo psicología, sociología o incluso periodismo, pero quien sabe.

Hablando ahora de ambigüedades, tengo la picha hecha un lío (no digo más que me entran ganas de saltar de alegría y a la vez de destrozarme las manos a puñetazos con la pared)

PS: Dije que hablaría de dos palabros que me habían gustado. El caso es que sólo me acuerdo de uno: Manducar = Comer
Me encanta. Es simple, suena a jerga y también a vacile, como que estas de coña...

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Nuevo de todo

Nuevo curso. Nuevos libros. Nuevos compañeros, y otros no tanto. Nuevos amigos, o eso espero. Nuevas peleas. Nuevas películas. Nuevos conocimientos. Nueva ropa. Nuevos palabros. Nuevas costumbres. Nuevos desvelos. Nuevos amores, si la suerte me sonríe. Nuevas gafas. Nuevos sombreros. Nuevo blog.

Como siempre, faltan un par, como "nuevo año", o "nuevo ordenador", pero no se puede tener todo en esta vida. El caso es que estoy contento de lo que me toca. Y a la vez no lo estoy. Llevo cosa de un mes preparando mi partida a lares lejanos, un sitio donde pueda escabullirme de todo lo que me rodea y empezar una "nueva vida", aunque acabe volviendo a la versión beta. Ha empezado el instituto y ya estoy agobiado con deberes y blablabla. Hace dos semanas que no duermo una mierda y me paso el día entero bostezando y desperezándome.
Tengo la impresión de llevar en el mismo sitio durante mas o menos un año. Ha pasado el verano, y durante ese tiempo me encontré bien, pero la vuelta al tuto me ha devuelto a la que supongo era mi realidad. ¿El único cambio? Que ahora no espero tanto de la vida, o si, pero acepto con mayor estoicismo el hecho de que es posible que no consiga lo que anhelo. Voy a regodearme. Simple y llanamente. ¿Que a alguien le molesta? Tengo muy claro que no le he pedido a nadie que se quede a soportarme si me vuelvo insoportable. Quien se quede, tanto el/ella como yo sabremos que de verdad hay un vínculo que merece la pena. El que no, ya ves, gente que viene y se va.
El caso. Nuevo blog, nuevas caras y un nuevo sitio ¡al que no puedo entrar! si alguien es tan afortunado de echar un vistazo al Diario de Babel, que lo haga, porque yo no lo hice por falta de tiempo y para una noche que tengo libre, es demasiado tarde. En fin, una pena.

PS: Tengo un par de palabros tan "tiernos" que algún día, si a mis profesores les place, les dedicaré unas líneas
PS: Escribo a estas intempestivas horas porque mañana hay huelga y yo la voy a ejercer como hace todo el mundo. Voy a dormir toda la mañana. Las manifestaciones son por la tarde, así que por favor, nadie me acuse de vago-que-utiliza-la-huelga-para... porque muy posiblemente tendrá razón, pero eso no quita para que me ofenda.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Del jueves al viernes: Noche lluviosa, noche de inspiración

Un relámpago rompió el silencio. Pensé que no me quedaba mucho tiempo, así que apuré el vaso, pagué mi cuenta y salí por la puerta. Antes de añadirme a la intemperie, alargué mi mano, para ver caer las primeras gotas sobre la palma. Demasiado tarde. Volví de nuevo al bar, dónde el camarero me saludó con una mueca burlona. Me senté en el mismo sitio, en la barra. Todavía notaba el calor en el taburete.
-Whiskey doble, sin hielo.
-Como comande.
“Como comande”. Qué respuesta más rara. La sexta vez que la oigo en mi vida. La sexta vez que la oigo esta noche. Llega la copa, y mientras arraso con ella de un trago noto cómo me arde la garganta. Otro relámpago. Un viejo, sentado al fondo del bar, en una mesa en la penumbra, suelta una carcajada para sí, limpia su barba de absenta y pide una ronda más. Pienso que a pesar de la diferencia de edad, somos iguales. Descarriados, productos erróneos pero necesarios de nuestra sociedad.
De repente, la puerta del bar se abre, y la sombra de un gigante inunda el local. Fijándome bien, veo que no es un gigante, si no tan solo un hombre alto y robusto. Cojea. Se acerca a la barra, se sienta a mi lado y pide un chupito de tequila. Tras tomarse el primero le pide al camarero que le deje la botella. Ante la reticencia de Ismael, nombre que supe hace un par de horas, el gigante le lanza la mirada más escalofriante que he visto jamás. Después se gira hacia mí, su gesto cambia totalmente, y con una sonrisa afable, me dice que me invita a la siguiente copa.
Lo bueno de una ciudad como esta es que si encuentras a alguien en un tugurio como en el que me encontraba, tendréis más en común que muchos amigos de toda la vida. En las cloacas de la metrópolis, a quien te invita, le debes la vida, o por lo menos no delatarle ante la bofia. Mientras observaba como caía la lluvia a través de la ventana, Kurtz, el gigante, empezó a contarme lo feliz que era en Seattle, dónde había empezado con éxito un negocio de cartografía. Su clientela era escasa, pero leal, además, pagaban bien. La lluvia me fascinaba, y no podía apartar mi atención de ella, así que solo pude sacar unos retales de lo que mi nuevo amigo me estaba contando. Retales como que había pasado 8 años en la cárcel, esperando la inyección letal por haber matado a su mujer, pero que al final, no sé cómo, salió. También que había tenido una hija, pero que ahora estaba muerta. Según entendí, un asunto de drogas y proxenetas. Puede que mi indiferencia parezca cruel, pero cuando tu día a día consiste en esta mierda, puede que ver caer la lluvia, y que puedas apreciarlo, sea lo más valioso. Así que, haciendo un esfuerzo, fijé mi atención en Kurtz justo a tiempo para oírle acabar de contar cómo acabó invitándome a una copa.
El gigante sollozó, ocultando la cara entre los brazos. En el momento en el que ves a un hombre de tal envergadura y aspecto derramar unas lágrimas por la vida perdida, sabes que algo va mal, y te sientes muy pequeño. Cuando la volvió a levantar, el desprecio había vuelto a sus ojos.
-Esa es, en resumidas cuentas, mi historia. ¿Y la tuya?



PS: No sé que tienen los días lluviosos, que me da por escribir, y lo que más me gusta de lo que escribo (no lo mejor, que eso siempre depende de quien lo lea), me sale cuando llueve.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Noche en blanco: Tarantino fallido, noche fallida

Como todo madrileño sabe, la noche del sábado al domingo fue una noche de puertas abiertas para los estandartes culturales de la capital española, la preparación de múltiples actividades relacionadas con música, cine, teatro, juegos... O como la conocen los adolescentes, la noche en la que el Metro no cierra.

Yo, como todo juvenil ente que se precie, quedé con amigos (y otros que no lo eran tanto) para disfrutar de la velada. Pero a eso de las 7 o las 8 de la tardé, caí sobre las sedas de mi cama para no despertar hasta las 11 de la noche, gracias al sonido del teléfono. Era mi amigo, llamándome a la batalla. Cuando por fin nos reunimos el grupo entero, decidimos ir a por algo para cenar, y tras eso, uno del grupo dijo que ponían en el Ateneo (gran biblioteca de orgullosos orígenes republicanos) Death Proof, el homenaje de Tarantino a las sesiones Grindhouse. Yo dije que sí, emocionado cual puercoespín (ni se os ocurra preguntaros el por qué de la metáfora), ya que soy gran fan del cineasta. Llegamos, dispuestos a disfrutar la película. Tras los primeros 15 minutos de conversación estrógena, la mayoría del grupo salió de la sala, tras lo cual quedamos un par de personas dispuestos a intentar disfrutar la que reconozco es una de las pelis que menos me gustan del susodicho (que no por ello digo que no me guste la peli). El caso es que tras otros 15 minutos llega mi amigo diciendo que salgamos, que nos han invitado a una fiesta. Sabíamos que no era verdad, pero también que se pondrían muy pesados si no salíamos de la sala.
El caso es que, sin peli que ver ni fiesta a la que ir, nos dirigimos a la Gran Vía de Madrid, donde habían montado unas cuantas actividades, algunas ya cerradas. Desde allí nos dirigimos dando un paseo hacia la Plaza de España, dónde yo, viendo la hora que era (las 3 de la mañana), y recordando que me tenía que levantar pronto el domingo, decidí volver a mi casa a dormir un poco.



El hecho que más me sorprende de esta noche, es que, lo mires por donde lo mires, los españoles tenemos una de tortas en la cara con la mano abierta que no nos las quitan de ninguna manera. A lo largo de la Gran Vía, y en Plaza de España, lo único que había era gente de botellón. Creo recordar que antes he mencionado que muchos juveniles conocen esta noche como la de "El Metro no cierra..." pero esa frase se alarga con "...Así que me puedo pasar toda la noche de botellón y no tengo por qué emborracharme a las 8 de la tarde". No es por nada, pero me parece pura mierda. No estoy en contra de tomar un par de copas si se sale por ahí, pero ante la gran oferta cultural que proponía la Noche en blanco, salvo esos pocos que hayan ido con sus familias o estuvieran interesados en algo específico, el resto la ha pasado con una botella de etílico en la mano. Siento decirlo, porque me pone de muy mala leche, pero es penoso.

PS: Nop, mis sábanas no son de seda.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Volver a empezar

Hay unas cuantas fases molestas en lo que se refiere al año. Está la cuesta de enero, la semana santa y su frenesí religioso (el ejemplo de inundar la tele con películas y programas relacionados con el advenimiento del señores una de las manifestaciones más suaves de este frenesí), y, en la que me voy a centrar, la vuelta al trabajo/clases/rutina-asquerosa.
La odio. Te empiezan a llenar esos tan amados espacios publicitarios que sigues con fervor a base de zapping de anuncios irritantes con la nueva moda del colegio privado/concertado de turno niños repelentes y tonos insufribles se te pegan a la memoria como (elijan metáfora, que ahora a mi no me apetece). Los otros anuncios con los que llenan la parrilla televisiva son los de colecciones. Esas colecciones que todos nosotros, inocentes y confiados transeúntes empezamos en algún período de nuestra vida y nunca, nunca terminamos: Bien sean los dedales del mundo, las muñecas del mundo, las máquinas de escribir del mundo. El caso es que seguro que en otras partes del mundo no les dan tanto el coñazo con las piececitas de los cojones.
Bueno. Últimamente no veo mucho la tele (por no decir nada) y la verdad es que mis quejas no son pa tanto, pero también cuenta que me haya despertado con el pie izquierdo. Además, el hecho de que todo el mundo me pregunte "¿QUÉ?¿Ya con ganas de volver a clase?" (si, lo dicen medio a gritos, no me preguntéis por qué) me pone de los nervios, enfermo, de mala hostia.

Cambiamos el chip, asoma la sonrisa y me acuerdo de que hace poco volví a subirme sobre mi cuerda querida, mi cuerda amada, a la que echaba mucho de menos y sobre la que espero estar alguna vez más antes de que realmente empiecen las clases. Dejo unas fotos para, qué coño, fardar un poco. Es una de las pocas cosas que voy a sentir dejar atrás cuando me vaya el año que viene, aunque eso es tema de otro post =)




PS: no subo más porque tarda mucho y me aburro
PS2: Ana, me has viciao a las páginas esas de Asco de vida... =P

viernes, 13 de agosto de 2010

ORIGEN

Bueno. Acabo de llegar a casa, después de pasar la digestión de la cena en una butaca de los cine de Callao, Madrid. Escribo esto antes de perder todas las impresiones que tengo sobre la película, sobre el guión, sobre el director, sobre los actores y sobre los efectos especiales. Y aunque me haya dado prisa en venir aquí y escribir esto, tengo la impresión de que me voy a dejar mil cosas en el tintero.

Empecemos:


Los efectos especiales: Son sencillamente increíbles. De verdad consiguen meterte en "la realidad" de la película, en el mundo onírico. Y aunque enfocan muchas cosas, se centran en los cambios de perspectiva. Dejémoslo ahí, y en que son impresionantes.

Los actores: Actuaciones brutales. He de reconocer que yo a Leonardo Di Caprio le tenía manía, me caía bien gordo. Ahora bien, según he ido viendo películas suyas, de las últimas que ha hecho (Infiltrados, Diamantes de sangre, Shutter Island) me he "reconciliado" con él, y todo hay que decirlo, ahora mismo me parece un actor de puta madre. Ken Watanabe, menos conocido pero también un actorazo (podéis ver para comprobarlo películas como El último samurái, Memorias de una Geisha y sobre todo Cartas desde Iwo Jima), quién también aporta su grano de arena. Joseph Gordon-Levitt, que es un tío que me cae de puta madre, que también me parece un buen actor (famoso por la comedia romántica 500 días juntos, que debería ser conocido por la fabulosa e inquietante Oscura inocencia, o Misterious skin, como se diría en los anglicanos lares), hace un trabajo flipante, y es una pena que se le relegue tanto a un segundo plano. Helen Page, a la que no le sigo la pista, pero que también aporta su parte para una película redonda. Claramente hay más, pero yo creo que me he centrado en los principales.

El director: Pocos realizadores me caen realmente bien (y no, Uwe Boll no es uno de ellos), y muy pocos me caen bien por el hecho de que todas sus películas me han gustado. Pues bien, Christopher Nolan es uno de ellos (con películas como las de Batman, El prestigio o la fabulosa Memento). Y en esta cinta me ha vuelto a demostrar que es uno de esos pocos directores con los que si me siento a ver una peli convencido de que me va a gustar, cuando me levante tras ojear los créditos, seguiré con la sensación de haber gastado un par de horas bien gastadas.

El guión: La historia es original, muy original, pero no tanto como se da a entender en el trailer, y tiene unos pequeños fallos (a mi parecer), como el hecho de que se centra demasiado en el personaje de Di Caprio, dejando al resto del elenco un poco aparte. Sin embargo la película te mantiene siempre en tensión, esperando el siguiente acontecimiento crucial (durante la última media hora te dan ganas de saltar de la butaca y ponerte a gritar). Eso me gusta, y me gusta más si la historia me parece sólida y la forma de mantener esa tensión, atractiva.

CONCLUSIÓN: Hay pelis que merece la pena ir a ver al cine. Hay pelis que merece la pena ir a verlas dos veces al cine. Hay pelis que merece la pena ir a verlas acompañado al cine. Hay pelis que merece la pena ir a verlas solo al cine. Pero hay muy pocas pelis que merezca la pena verlas de estas cuatro. Creo que Origen es una de esas películas, y que si apetece ir al cine y no toca ir con niños pequeños, la decisión debería ser muy clara. Yo, por mi, le doy un 10. Pero claro, para gustos los colores...

PS: Ana erre, guiye, rachel, tengo que ver esta peli con vosotros, porque si no, me muero, exploto, como lo hizo Peter cuando se comió un polo. Así que ya sabéis, a ahorrar pa verla al cine.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Todo y nada es "posimposible"

Ya sé que he tardado bastante en escribir algo desde la última vez. Sí, es tarde, no sólo por la cantidad de días que llevo sin escribir nada (por aquí), sino también por la hora que es. Y es que últimamente me he vuelto un extraño ser nocturno cutre, que no duerme, pero tampoco sale por ahí (a ver si ahora que empiezan las fiestas de mi barrio eso cambia...). Y a pesar de pasar tanto tiempo despierto y de vivir con el reloj interno hecho polvo, no he hecho nada. Soy un jodido ermitaño que va de aquí para allá sin hacer nada.
Pero estoy dispuesto a recuperarme. Y voy a empezar contando mi paso por Galicia: un rollo. Entre que estaba casi siempre cuidando de mi hermano, que no conocía a nadie de mi edad y que mis habilidades sociales se quedan a cero ante la cantidad ingente de chulos-de-playa que pueblan nuestro litoral, ha sido un coñazo. Y eso sin contar las navajas (marisco, no confundamos, aunque para el caso son igual de tocamorales), con las que me he cortado como unas cinco veces (sí, exagero) en la planta del pie.
Bueno, mi estancia allí me ha dado tiempo para muchas cosas: para pensar; para perfilar algunas ideas para relatos (de las cuales estoy desarrollando una); y para empezar a salir a correr diariamente. Por cierto, aquí dejo una cosilla que escribí hace algún tiempo. Una especie de metáfora extraña que se me metió entre ceja y ceja durante una temporada.

Llevo toda mi vida pasando por esa calle. Vale. No es justo. Sólo tengo 17 años y mi vida es corta, pero llevo pasando por ella desde que tengo memoria, y para mí eso es mucho tiempo. Al principio no pasaba mucho, seguramente de forma casual, sin casi darme cuenta. Era joven, o por lo menos más joven que ahora, e inconsciente. Pasaba por ella, la cruzaba y salía a otra calle, o a una plaza, sin siquiera entender que esta calle era especial. Conforme he ido creciendo he ido pasando por ella con más asiduidad, y he ganado consciencia del tipo de calle que es. Nunca lo entendí del todo, pero a medida que crecía, iban apareciendo pistas, indicios de sus cualidades y características, de modo que empecé a sospecharlo. A día de hoy paso todos los días por esa calle, la recorro de extremo a extremo, unas veces por una acera, otras por la de enfrente. Me paso el día en ella, me siento en los bancos a observar a la gente que, como yo, pasa por ella. Unos felices, los otros tristes. Unos afortunados, los otros con mala suerte.

Unos pasan por ella conscientes de su situación. Los otros, inconscientemente.

PS: "Siempre tenemos que atrevernos a llegar lo mas lejos que podamos, sobrepasando tanto lo posible como lo imposible. Hay que llegar hasta el punto en que estos dos conceptos se dan la mano: Porque recordad, todo y nada es posimposible."

viernes, 16 de julio de 2010

Parón veraniego

Es bastante posible que no se me vuelva a leer por aquí hasta Agosto, lo que tienen las vacaciones. Feliz Julio pa todos y a comer chistorra :P

No me voy a una playa como esta, pero a quien no le molaría... Pues bueno,me despido de vosotros con mucho cansancio y unas agujetas en todo el cuerpo impensables.

Saludos Mugiwaras...

miércoles, 23 de junio de 2010

Missing

Llevo como un mes perdido, alejado de la red y demás aparatos electrónicos, pero no por malas razones, si no por razones de peso (ahora que lo pienso, algunas sí que son malas). Y es que en un mes ha llovido mucho, muchísimo (y también han pasado algunas cosas):
La primera circunstancia que me alejó del teclado fue un gripazo increíble que me dejó dos semanas en cama, y que además me pilló el cumple (si, ya estoy a un año de ser mayor de edad, y a bastantes más de tener la certeza de que manejo mi vida). Pero bueno, un poco antes tuve la alegría de ver el final de Perdidos (y sí, he dicho alegría sabiendo que soy uno de los pocos fans de la serie a los que les gustó el final. A los que no, que se monten su propia serie y la acaben como quieran)
La segunda circunstancia fueron los exámenes finales de junio, dos semanas de exámenes jodidos(con todas las Des) que tuve que alternar con exposiciones que no hice en las semanas anteriores por estar malo y que tampoco había preparado. El resultado: muy bueno, considerando que tengo un 8'3 de media en el curso :D
La tercera y última, y la más importante de todas, es que después de las dos anteriores me apetecía pasar unos días festivásticos de paz, relajación y acostarse a las cinco de la mañana.

Temas aparte, hoy es la Noche de San Juan, y aunque me considero agnóstico, voy a festejarlo, porque se puede uno ir a saltar hogueras esta noche sin estar en la playa del susodicho (lo que no se puede hacer es meterse en el agua a la medianoche), y como llevo unos años haciéndolo, no me lo voy a perder este

Que bonita es la afición humana por quemar cosas :P

PS: el blog ha cambiado temporalmente de apariencia porque está esperando el cambio final por parte de mi amiga Raquel, incansable estudiosa de las artes que dibuja "mu pero que mu ben" y que además controla un rato de diseño web...
PS2: Israel, no he podido leer los pdf's que e mandaste, pero como ahora vou a tener bastante tiempo libre los leeré, y te los enviaré, Ana, no te preocupes :)
PS3: Estoy viendo que me he pasado un pelín con los paréntesis, y que también me está empezando a pasar con los post datas...

viernes, 21 de mayo de 2010

Nicolás (Humo II)

Esperaba. Un día más. Era martes, y como siempre estaba apartado de los demás padres, junto con Fernando. Era el único de sus "compañeros" que le caía bien. Tenía un aspecto serio y limpio, pero a la vez desenfadado. También tenía los pies en el suelo, y un carácter alegre y vivaz. Los otros siempre se acercaban con la cara mustia a la puerta del colegio, como si en realidad no quisieran recoger a sus hijos. Pero Fernando no. Él iba cada día, con esa cara a la vez seria y simpática. Y cada día que su hija salía por la puerta se le iluminaba la cara. Era curioso, pues Fernando pensaba de él algo similar.
Sacó la pipa. Hacía tiempo que fumaba, y un poco menos desde que lo hacía en pipa. Más concretamente desde que vio a Peter Cushing haciendo de Sherlock Holmes. Cuando le vio en la pantalla con el sombrero y la pipa, le encantó el chisme y decidió probar. Al principio se dejó los pulmones, pero se empeñó, y cuando lo consiguió le gustó tanto que no volvió a fumar cigarrillos.
Primero limpió la caña y metió el tabaco (le gustaba el que tenía aroma a canela, pero de vez en cuando experimentaba con otros) para después prensarlo. Acercó una cerilla encendida y en unas pocas chupadas consiguió encenderla.
Un par de anillos de humo después se abrieron las puertas de la escuela, y un torrente de niños inundó el patio de gritos. Nicolás cruzó el mismo hasta la esquina donde solían apartarse Fernando y su padre. Nadia iba con él. Al igual que sus padres, ellos se habían hecho muy buenos amigos en poco tiempo. Era casi imposible saber cuál de las dos amistades había sido resultado de la otra. Su padre se metió las manos en los bolsillos distraídamente, para sacar de ellos el zumo de naranja y la chocolatina de rigor. Fernando hizo lo propio con Nadia, solo que el zumo era de piña.
De camino a casa, Nadia y Nicolás se peleaban por explicar cómo habían hecho las máscaras de escayola que llevaban en las mochilas. Al final Nadia ganó y consiguió el privilegio, y los ojos casi se le salían de las órbitas cuando empezaba a contar, paso por paso, cómo le habían colocado unas tiras frías y húmedas en la cara, adaptándolas y dándoles forma.
Seguían de camino a casa. Un par de manzanas atrás se habían despedido de Nadia y Fernando, que habían entrado por una bocacalle en dirección a un parque cercano. De pronto un pájaro pasó por delante de Nicolás. Era una paloma torcaz. Era raro, ya que no se veían muchas en la ciudad. Nicolás lo sabía, y sabía también que era un pájaro de campo. Antes había un montón por todas partes, incluso en la ciudad, pero ahora no se las podía ver en las cornisas. Y sabía todo esto porque le encantaban los pájaros. Las navidades pasadas, sus padres le habían regalado un libro con grandes dibujos de aves. Libros que explicaban de forma bastante sencilla aunque detallada los hábitos alimenticios y las relaciones de sus especies favoritas.
Se soltó de la mano de su padre, embelesado por el aleteo del pájaro. Se acercó a él lentamente e intentó atraparla, pero la paloma salió volando antes de que se acercara lo suficiente. Salió corriendo tras ella, alucinado, sin atender a nada de lo que le rodeaba. De repente sonó un grito, una voz ronca, que le desconcertó. También lo hizo el pitido de un coche que acompañó al grito. Siguiéndolos, un tirón en el cuello de la sudadera le hizo volar un par de metros hacia atrás mientras veía aparecer la nuca de su padre por la derecha. Cayó de culo en la acera y se puso a llorar.

Habían pasado dos meses. Dos meses en los que a Nicolás lo acompañaban a su casa Fernando y Nadia. Dos meses en los que siempre estaba triste o cabizbajo, incluso el día que fue a la escuela una compañía de circo con un oso y todo. Dos meses en los que ya no tenía ganas de leer sobre sus aves favoritas, o los fantásticos cuentos de Gerónimo Stilton, el periodista ratón. Dos meses en los que su madre salía todas las tardes, dejando a Nicolás con sus abuelos, para pasar a recogerle un par de horas después.
Ese día su madre bajó a buscarle al portal cuando Fernando llamó al telefonillo. Tenía una extraña expresión en la cara, como una mezcla de emoción contenida, alegría, tristeza... Ese día no le preguntó cómo le había ido en el colegio mientras subían en el ascensor. Cuarto piso. Se abrieron las puertas del ascensor, y según se acercaban a la puerta, su madre empezó a temblar. Abrió la puerta, y una aroma a canela inundó el rellano, seguido de una densa nube de humo. La boca de Nicolás se ensanchó, sus dientes asomaron, al igual que las lágrimas, y él también empezó a temblar. Echó a correr y saltó a los brazos de su padre.


PS: versión revisada mil y una veces :)
PS2: no, no vivo con mi abuela, aunque sí que me paso buena parte de las semanas allí
PS3: John (Israel), si lees esto, ¿me comentas que tal está, aunque sea en otra entrada? Gracias (Ana, tú sé que me comentarás aquí mismo, pero gracias de todas formas)

jueves, 6 de mayo de 2010

Tender la mano

Hoy me he preguntado durante bastante tiempo sobre la confianza. ¿Quién se merece la mía?¿de quién me la merezco yo?¿Por qué?¿En qué sentido confía en mi la gente que lo hace?¿En qué sentido confío yo?


Hay algunas repuestas a las que sí que he llegado, y otras a las que no. Pero ahora mismo hay gente que me gustaría que confiase en mi, y creo que no lo hace. Me apena. De verdad. Y todo tiene su tiempo, y fuimos inocentes cuando pensábamos que el hecho de que pasara algo desagradable no derrumbaría nuestra confianza. Es triste ver cómo se derrumba una amistad que tu creías tan importante que pensabas que lo aguantaría todo, y darte cuenta de que al parecer no era tan importante.
¿Pero sabéis qué? Sigo creyendo que es una amistad muy importante, y voy a creer no que se ha derrumbado, sino que está pasando por un pequeño bache. Voy a tener paciencia, igual que pido que la tengan conmigo, pues por más que se diga, no es un asunto que se pase en una semana, al menos no para mi. Voy a tener paciencia y, cuando llegue el momento oprtuno, voy a tender la mano.

PS: está en camino el siguiente relato relacionado con el humo. Un poco más largo y de temática diferente, le estoy dando los últimos toques...

PS2: también está en camino un nuevo diseño del blog, de manos de una de mis mejores amigas Huevo-kinder-de-rubio-platino-con-mechón-negro-en-el-flequillo-McChopped, más comúnmente conocida como Raquel (Esponja)

lunes, 3 de mayo de 2010

Y tú por qué vas disfrazado de hombre?

Creo que necesito ir a un loquero. No sé, es una de esas cosas que creo que debería hacer todo el mundo una vez en la vida (SI TENÉIS QUE IR A UNO, ID A VER A MI PRIMASTRA... ATENCIÓN; ESTO NO ES PUBLICIDAD SUBLIMINAL... ES TODO LO "LIMINAL" QUE PUEDE). Y sí, creo que no me vendría mal. Un desconocido o desconocida, al que vas y le sueltas toda tu mierda, con el que te desfogas, lloras, pataleas de rabia o ríes de alegría. Un desconocido o desconocida que después de escucharte pacientemente, es capaz de analizar tu situación y darte una o varias posibles soluciones que tu puedes buenamente apreciar o mandar al carajo: según te plazca. Y lo mejor es que es desconocido o desconocida está obligado a mantener la confidencialidad; como si le dices que tienes sueños húmedos en los que te ves matando a gente. No creo que exista mucha gente a la que le pase esto, pero si la hubiera, él tendría que cerrar la boca. Pero bueno, son sólo divagaciones.

En otro orden de cosas, si a alguien le gusta el cine muy rallante, que se vea Donnie Darko (si es que no la ha visto ya), y si a alguien le gusta Jackie Chan, que no vea "El super canguro" (yo no la he visto, pero me han contado "cosas", y aun así tenía mis reticencias).

Y en un orden de cosas diferente a los dos anteriores, estoy mirando lo del Camino de Santiago. No lo hago por ninguna movida espiritual. Respeto a los que lo hacen por tales motivos, pero no es mi caso. Tan sólo creo que es algo bonito, que me apetece (me encanta el senderismo, más conocido últimamente como trekking ), porque será mi primera experiencia sin padres, ni tutores, ni monitores, ni cualquier otra figura superior que vaya respaldado por una superioridad de la edad, algún parentesco genético o alguna acreditación educativa en entornos campestres, y por hacer algo nuevo.

PS: Hay que ver las empanadas mentales que me hago cuando no sé como contar lo que tengo que contar...

martes, 27 de abril de 2010

Unsolved

Llevaba tiempo sin escribir. Supongo que estaba con mis cosas, pasando, como pasa la gente, por situaciones, de esas que se podrían tachar de difíciles. Todavía no he salido de esa situación, pero me siento aliviado. Supongo que ayuda un poco el hecho de que el tiempo se ha animado un poco últimamente, y pide una sonrisa en la cara y ropa fresca...

Echo de menos muchas cosas. Echo de menos a mis amigos. Esos a los que antes veía todos los días, con los que ahora sólo puedo quedar los fines de semana, y no todos. Claro que he conocido gente nueva, pero me da la impresión de que se me agota la facilidad para hacer amigos, amigos de verdad. Estoy muy a gusto en mi nuevo instituto, pero no me siento "en casa". Echo de menos ser más joven. Todo era mucho más fácil. No había verdaderas preocupaciones; no tenías que acercarte a un chaval y decirle que si se apuntaba a jugar y ya estaba, a los dos días ya os habíais hecho buenos amigos; no había situaciones difíciles que pasar con los amigos, y si algo pasaba, a los dos días era cosa del pasado; se podía hacer el ridículo perfectamente, sin preocuparte de las apariencias ni de lo que te dijeran los demás. Siento que eso lo voy a ir perdiendo cada día más conforme vaya creciendo.

Sin embargo, también tengo ganas de crecer. No sé. En general es una sensación rara. Tengo la impresión de que no soy nada, de que si desapareciera nadie lo notaría. De que soy totalmente inocuo e insignificante. Pero esta impresión se me pasará, como pasa todo...

martes, 30 de marzo de 2010

Humo

Hoy por fin me he decidido a poner aquí este pequeño relato que tiene como punto en común con otros que voy a subir el humo. Resulta que este relato lo escribí hace dos años, en 3º de la ESO. Teníamos una "jornada de talleres" en el instituto, y yo me metí a uno de microrrelatos, que la verdad estuvo bastante bien. El caso es que el resultado de mi cuentecillo fue una primera versión del que se puede leer más abajo. El de esta entrada es un poco más extenso y currado, ya que como no guardé el original, cuando intenté acordarme de este, no lo hice con el cuento entero, sino que sólo me acordé de una especie de resumen, de ideas generales. Este es el resultado:

HUMO

Los desgarrados gritos de dolor cubrían el campo. Hacía horas que la batalla había acabado, pero aun así, todos los indicios de ésta todavía estaban presentes: cuerpos mutilados, agujeros en el suelo, campamentos hospitalarios de emergencia por parte de los dos contendientes…

La guerra, que había finalizado por fin tras el sangriento choque, no había traído nada bueno a ninguno de los dos bandos. Lo único que había conseguido era enfrentar a las personas; quizá pertenecientes a una misma familia, pero enfrentados ideológicamente, se habían masacrado los unos a los otros. Y no había vencedor en esa guerra. No esta vez. No quedaba gente para luchar; no quedaba postura que defender; no quedaba enemigo al que odiar. Tan solo una enorme pila de cadáveres a cada extremo del campo de batalla. Una pila que aumentaba conforme pasaban los segundos.

Un soldado que todavía podía mantenerse en pie se acercó a otro, del ejército contrario. Cuando se halló frente a él se quedó callado, pensativo. Tras unos instantes bajó su arma y se sentó a su lado.

–Ha sido un día duro ¿No es así?

-Así es. –Respondió el otro. –Para mí no hay nada mejor que un cigarrillo cuando te cansas de matar a tus vecinos… –una sonrisa sarcástica cruzó su cara mientras le extendía la mano con el paquete de tabaco.

–Gracias, lo necesitaba. ¿Te lo puedes creer? Resulta que ha terminado, y todo para nada. Yo no me lo creo. Hoy he matado a un chaval de unos 14 o 15 años. Era un crío. He matado a un crío por nada. Si ya ni siquiera recuerdo por qué entré en esta guerra. Tan solo recuerdo la sangre y los gritos. –Su cara demacrada dejaba ver que llevaba semanas sin dormir, posiblemente atormentado por las acciones de guerra. Tenía una sucia sombra de barba y un par de cortes profundos en la cara, además de la nariz rota. Se notaba que no iba a llorar, pero no por otra cosa si no porque ya se había secado. La mirada cínica la había adquirido durante los últimos meses, y denotaba cansancio, exactamente igual que en los ojos del hombre sentado a su derecha.

–Yo tampoco me lo puedo creer…

Un humo teñido del rojo intenso de la sangre emergía del suelo, asemejando las columnas a pilares que sostenían la cúpula encapotada sobre sus cabezas…

domingo, 28 de marzo de 2010

Tarde solitaria

Hoy es el día en el que de verdad se ha dejado ver que estamos abandonando el invierno y entrando en la primavera. Hoy, que es el primer día de las vacaciones de semana santa que no quedo con nadie ha sido uno de los más gratificantes de toda mi vida. Y es que nunca había ansiado tanto la llegada del buen tiempo como este año. Porque este año había ido avanzando de mal en peor, dando algunas alegrías, pero no las suficientes como para considerarlo un buen año. Y hoy, que pensaba que me iba a aburrir como nunca, me he negado y he salido a pasear. Yo solo, con la única compañía del móvil, las llaves y el iPod...

¡Qué tarde! Simplemente sensacional. Una tarde entera caminando por madrid, con una temperatura espléndida. Qué tranquilidad. Qué sosiego. ¡Qué pachorra! He tenido tiempo para todo. Para escuchar canciones que suben el ánimo. Para escuchar canciones melancólicas. Para mirar a la gente que me cruzaba, juzgarla y formarme una opinión sobre ellos. Para pensar. Para andar lento. Para pararme y mirar los parques, que empiezan a estar verdes. En definitiva, he tenido una tarde para mi.

PS: Cada vez falta menos pa tener madrid vestío asín:


PS2: la próxima entrada va a ser un relato. Me ha entrado un pequeño pique con una apañera bloguera que siempre está subiendo relatos cortos, así que yo también me he decidido a subir algunos. De momento, los primeros que suba van a tener un punto en común: el humo

martes, 23 de marzo de 2010

Con la misma piedra...

La vida está hecha para disfrutarla. Es una premisa bastante simple, de la corriente filosófica epicurea, y si lo llevamos al extremo, también edonista. Pero qué hacer cuando para disfrutar con algo, lo pasas mal de alguna manera, o si disfrutas con algo que te hace sufrir. Ningún placer tendría que venir acompañado de un sufrimiento, pero la verdad es que es así, y sólo se puede reaccionar de dos formas:

  • O huyes de ese sufrimiento, negándote también el placer...
  • O aguantas el sufrimiento para poder disfrutar a su vez del placer.
Está claro que las dos son validas, pero también está claro que son una mierda. Al huir y negarte el placer, sufres por lo que te pierdes; al quedarte para conseguir ese placer, sufres por lo que no te quieres perder. Las consecuencias de cualquiera de las dos elecciones son diverso sufrimientos, y aun así, no paramos de elegirlas una y otra vez, a la una y a la otra, entrando en una espiral que sólo nos lleva a más sufrimiento. Y es que somos tan idiotas que no podemos hacer otra cosa que tropezar una y otra vez con la misma piedra, aunque pasen los años; y cuando por fin te das cuenta de que si tropiezas es porque ni tu ni la piedra os habéis movido te entra tal desesperación y tales ganas de gritar que sientes que no hay voz, ni pozo en el que quepan.


Creo que está claro que hoy no es mi mejor día, y aun así estoy contento por las expectativas de mi futuro. Creo que puede ser tan brillante como las nubes que recubren el cielo que asoma por mi ventana. Y creo que si me esfuerzo, puedo hacerlo brillar incluso un poco más. Hoy, a pesar de lo anteriormente escrito, me siento optimista. Hoy no son nubes de lluvia...

domingo, 21 de marzo de 2010

Examen de filosofía

Domingo. La semana que acaba era mi semana de exámenes de la segunda evaluación. Una semana que me deja totalmente frío, que me da por culo, pero que, por el resto, me dejó totalmente indiferente. Y es que estoy aburrido... muy aburrido.
Por lo menos, ahora que todo ha acabado, y que me siento medianamente libre, tendré tiempo para leer (los libros que yo quiero... Y es que me parece muy bien que nuestra literatura clásica sea de las mejores que haya, pero es que no la aguanto...), para montar en monociclo (por fin, que con el tiempo de mierda que ha hecho hasta ahora no he tenido la oportunidad de salir con él a la calle), tal vez, si hace mucho calor, para montar la cuerda, para encontrar nueva música que escuchar y nuevas pelis para ver... En resumen, un montón de cosas.

El hecho es que, cambiando totalmente de tema, la asignatura que más me está gustando este curso es filosofía. Y tengo muy en cuenta que es así porque no nos estamos ateniendo al programa de este curso, pero es que me encanta. No podría disfrutar más con una clase de lo que lo hago en estas. El caso es que en el último examen que hicimos, en la última pregunta, la profesora nos pedía que habláramos sobre cualquier tema relacionado con la libertad. Cualquiera. Le pregunté si le importaba mucho cómo lo desarrolláramos, y me dijo que por ella como si hacíamos un poema. Esa respuesta comportó el resultado, una redacción increíble que, una vez corregido el examen, le pedí para poder copiarla en casa y así conservarla, porque me gustó mucho cómo me quedó (modestia aparte). Pues bien, he decidido dejar aquí a mi pequeña vástaga, para ver qué parece:


La libertad lleva a la duda y a la indecisión

Me encuentro ante la hoja con la petición de una redacción sobre cualquier tema de la libertad. Libertad. Me dan toda la del mundo para escribir sobre lo que quiera, y no se me ocurre nada. Finalmente me decido a escribir sobre mi falta de ocurrencias. Mucho más fácil me habría sido escribir sobre un tema prefijado, antes que escribir sobre “algo” de la libertad, relacionado con ella. Y es que esa libertad, esa vasta extensión de posibilidades a abarcar en una redacción libre no me induce a otra cosa que quedarme quieto, anonadado por la indecisión.

Y es que las personas, los seres vivos más “avanzados”, los únicos con la capacidad de racionalizar, tenemos un gran miedo a tomar decisiones. Las decisiones, como dice Sartre, son elecciones, y eso es lo que tiene la libertad; que nos obliga a elegir, pues no hacerlo ya es una decisión, una elección. Por eso la gente recurre a excusas, a justificaciones. Por eso queremos las cosas dadas, porque así no tenemos que vivir con la responsabilidad de nuestra elección. Por eso dejamos que otra gente diga qué está de moda este verano. Por eso escuchamos la música que ponen en la radio, porque todos los demás la escuchan. Es mucho más fácil ser una oveja más en el rebaño, pues las cosas nos vienen dadas, no tenemos que elegir. Pero esa es una base equivocada, pues elegimos hacer lo que el resto, dejarnos llevar, sin tener que pensar, ya que actuábamos como el resto de la gente, y no por iniciativa propia.

Luego, no contentos con dejarnos dirigir en cosas más o menos vanales, nos dejamos dirigir en temas importantes. Para eso están los gobiernos. Sean más o menos autoritarios o permisivos, pues nos dicen qué hacer o qué no hacer. Pero de lo que mucha gente no se da cuenta es que esos gobiernos también están dirigidos por gente que tiene miedo de hacer elecciones. Porque ante esa elección está la posibilidad de la equivocación, y como la elección es nuestra, tanto del error como del acierto, es nuestra también.

Ante la hoja del examen. Resulta que lo único que se me ocurría es que no se me ocurría nada, y acabo con una redacción un tanto rara entre las manos. Sólo sé que me duele la mano de escribir y que tengo esperanzas de no haberme equivocado, o mejor dicho, miedo de haberlo hecho. Porque he elegido hacer una redacción como esta y no sé si es lo que realmente se podría pedir para un examen. A lo hecho pecho.



PS: Hoy empieza la primavera!!!!!!! y no sé porque la entrada me sale con una letra más pequeña de lo normal... ¬¬



miércoles, 10 de marzo de 2010

Mis primeros pinitos...

Tiempo llevo oyendo a la gente hablar de Linux. Tiempo llevo encontrándome a personas que lo tenían y estaban muy contentos con él. Tiempo llevo leyendo en internet lo bueno que es, que Windows es una patata y muchas cosas más. Pero yo, que sólo sabía de él que era un sistema operativo como los es Mac para Apple y Windows para Microsoft, pero no tenía jodida idea de algo más.
No mucho tiempo más tarde llega el día de hoy, en el que tampoco sé mucho más, pero aún así ya he conseguido una versión "menos complicada de lo normal" de Ubuntu (una especie de sistema operativo dentro del propio Linux). Y escribo mi primera entrada (y si resulta que me gusta esto, que creo yo que va a ser que sí, no la última) desde este mi nuevo sistema operativo, compartiendo disco duro con el tan querido Windows Vista.


Pero no todo el monte es orégano, porque he descubierto que aquí mi amigo no se lleva muy bien con páginas como Youtube (con la que da algunos problemillas) y con Megavideo (que ni siquiera abre los videos). Esto es un inconveniente mayor, ya que mis tardes se suelen nutrir en gran medida de dichas páginas (de ellas y de una siesta como la que me voy a dormir en cuanto le dé al botón de "publicar"). Pero seguro que hay solución.

PS: He visto la foto y he pensado "la mejor forma para representar el simbolito de Ubuntu" (me estoy pervirtiendo, y mucho...).
Raquel (o debería decir Huevo-kinder-de-rubio-platino-McChopped ¬¬). Tu y yo tenemos que quedar un día y discutir seriamente sobre mi blog, ya que me debes un diseño, pequeña artista...

martes, 2 de marzo de 2010

Banda sonora

Ayer me cundió bastante el día, y se me olvidó decir que fue un muy buen día. Hacía un tiempo que yo espero sea todos los días con ansia. Pero el hecho es que me cundió por otras cosas. Resulta que hablé un poco de las pelis que había visto últimamente, y de lo que me gustó la última. Shutter Island.
Bien, pues resulta que la música de la peli me gustó mucho, especial mención al cuarteto para piano y cuerda en La menor de Gustav Mahler (del que mi abuelo y yo nos declaramos fans acérrimos). También hay una canción de Dinah Washington, una cantante de jazz, que me encantó. La canción se llama This bitter earth/On the nature of the daylight, suena durante los últimos momentos de metraje, está compuesta conjuntamente con Max Ritcher y es de esas que cuando las encuentras y las escuchas en serio te calan hondo. De las que sobrecogen el corazón. Por eso he decidido compartirla por aquí, y esperar la opinión de mi escaso respetable =), y pedir encarecidamente que si alguien conoce alguna canción de ese estilo, de las que te dejan el corazón en un puño, o por lo menos lo hicieron en su día, que hable de ella, porque esas cosas no deberían quedarse en la intimidad ¿O puede que a lo mejor si?

lunes, 1 de marzo de 2010

Tantas cosas por contar...

Dios... Hace tiempo que no escribo nada, entre otras cosas por falta de tiempo, y porque cuando tenía ese tiempo, la vagancia, la pereza y el cansancio me instaban a guardar silencio. Y resulta que hoy tengo muchas cosas por contar... muchas, y puede que esta sea la entrada más larga que escriba (y se nota que suelo hacerlas extensas). Por suerte no hay por qué oírme decirlo, ya que me paro más que Zapatero...

Empecemos, y hagámoslo por decir algunas cosillas de cine: Estoy feliz en cuanto a este tema, porque me encanta el cine. No hay pasatiempo que se merezca más que alguien se gaste la paga en él, y por eso me gustaría ir todas las semanas, a ver todo tipo de películas (bueno...casi todo...). A pensar con el mensaje de películas como Yo soy Sam; a pasármelo como un bebé con alguna estilo Transformers o a reírme con otras como Funny people. Mis amigos no me aguantan mucho con este tema, bien sea porque no les gusta gastarse el dinero en algo que pueden hacer o gratis o más barato, bien porque las pelis les parecen frikadas, malas o peores; y aunque siempre hay algunas excepciones, la regla general es un desacuerdo total en las pelis a ver. Porque no soy muy de ir a ver pelis como Precious al cine, porque me parece que pelis como esa, que hablan del sufrimiento humano y de la cruda realidad son necesarias, pero yo voy al cine para evadirme de esta realidad, e intentar pasar un buen rato, no a sentir la crueldad humana también ahí dentro, sentado, palomitas en mano.
Bueno... después de ésta extensa... "cosa" que he aclarado (aunque fuera totalmente innecesario) empiezo a decir que llevo unas últimas semanas espléndidas en este sentido, porque he ido todos los fines de semana al cine: Primeramente y en primer lugar fui a ver El hombre lobo, y me lo pasé como un bebé. Tripas desparramadas por el suelo, un "hombre lobo" como dios manda y algunas actuaciones muy buenas. Una semana más tarde fui con mi hermanito a ver Tiana y el sapo, y qué bien estuvo. Muy divertida, y "refresca" ver una peli de animación a la vieja usanza.
Por último, pero no por ello menos importante (sobre todo porque fue la que más disfruté)Shutter Island, que me encantó. En mi vida había visto una película que me mantuviera en tensión durante cada minuto, cada segundo. Me ha gustado mucho, muy acertada, y con un final que me gustó mucho, teniendo en cuenta que me esperaba una patochada. Además, ésta, junto con Infiltrados, son películas que están consiguiendo que me reconcilie con el hasta entonces cursi Leonardo Di Caprio.


Tema aparte: Resulta que el otro día leí en el Público (periódico que lleva desde hace un par de años rulando por ahí) un reportaje sobre nosotros, los jóvenes de nuestra generación. La famosísima generación ni-ni. Y resulta que todo el mundo nos echa en cara todo, pero en ese reportaje se decían cosas muy interesantes:
  • Los jóvenes de hoy están más "despiertos" que los de hace 20 años. ¿Por qué? Pues básicamente porque nos queremos independizar antes, porque estamos mejor preparados (creo que tampoco hay que ser tan radical), porque el índice de votación de los jóvenes es mayor que en el 88, y algunas cosas más
  • ¿Qué tenemos en contra? pus básicamente el hecho de que tener una buena preparación, una buena formación no te asegura nada, sino que son todo dificultades y que así es normal que el joven acabe siendo un vago (cosa con la que tampoco coincido, ya que quien quiere trabajar y lo busca, lo consigue antes o después, ahora y siempre)


Después de haber hecho varias pausas para comer algo, de haber escrito, de más pausas y de haber escrito más, he llegado al final de mi entrada de hoy, en parte porque no me acuerdo de alguna cosa más que quería contar.

PS: Ya está escrito de verdad, que es que antes le he dao sin querer a un lao raro y no se me ha publicado.
Me han contado algo y nunca creí que tú leerías mi blog, y menos después de lo de junio... cuídate y un abrazo.