viernes, 13 de agosto de 2010

ORIGEN

Bueno. Acabo de llegar a casa, después de pasar la digestión de la cena en una butaca de los cine de Callao, Madrid. Escribo esto antes de perder todas las impresiones que tengo sobre la película, sobre el guión, sobre el director, sobre los actores y sobre los efectos especiales. Y aunque me haya dado prisa en venir aquí y escribir esto, tengo la impresión de que me voy a dejar mil cosas en el tintero.

Empecemos:


Los efectos especiales: Son sencillamente increíbles. De verdad consiguen meterte en "la realidad" de la película, en el mundo onírico. Y aunque enfocan muchas cosas, se centran en los cambios de perspectiva. Dejémoslo ahí, y en que son impresionantes.

Los actores: Actuaciones brutales. He de reconocer que yo a Leonardo Di Caprio le tenía manía, me caía bien gordo. Ahora bien, según he ido viendo películas suyas, de las últimas que ha hecho (Infiltrados, Diamantes de sangre, Shutter Island) me he "reconciliado" con él, y todo hay que decirlo, ahora mismo me parece un actor de puta madre. Ken Watanabe, menos conocido pero también un actorazo (podéis ver para comprobarlo películas como El último samurái, Memorias de una Geisha y sobre todo Cartas desde Iwo Jima), quién también aporta su grano de arena. Joseph Gordon-Levitt, que es un tío que me cae de puta madre, que también me parece un buen actor (famoso por la comedia romántica 500 días juntos, que debería ser conocido por la fabulosa e inquietante Oscura inocencia, o Misterious skin, como se diría en los anglicanos lares), hace un trabajo flipante, y es una pena que se le relegue tanto a un segundo plano. Helen Page, a la que no le sigo la pista, pero que también aporta su parte para una película redonda. Claramente hay más, pero yo creo que me he centrado en los principales.

El director: Pocos realizadores me caen realmente bien (y no, Uwe Boll no es uno de ellos), y muy pocos me caen bien por el hecho de que todas sus películas me han gustado. Pues bien, Christopher Nolan es uno de ellos (con películas como las de Batman, El prestigio o la fabulosa Memento). Y en esta cinta me ha vuelto a demostrar que es uno de esos pocos directores con los que si me siento a ver una peli convencido de que me va a gustar, cuando me levante tras ojear los créditos, seguiré con la sensación de haber gastado un par de horas bien gastadas.

El guión: La historia es original, muy original, pero no tanto como se da a entender en el trailer, y tiene unos pequeños fallos (a mi parecer), como el hecho de que se centra demasiado en el personaje de Di Caprio, dejando al resto del elenco un poco aparte. Sin embargo la película te mantiene siempre en tensión, esperando el siguiente acontecimiento crucial (durante la última media hora te dan ganas de saltar de la butaca y ponerte a gritar). Eso me gusta, y me gusta más si la historia me parece sólida y la forma de mantener esa tensión, atractiva.

CONCLUSIÓN: Hay pelis que merece la pena ir a ver al cine. Hay pelis que merece la pena ir a verlas dos veces al cine. Hay pelis que merece la pena ir a verlas acompañado al cine. Hay pelis que merece la pena ir a verlas solo al cine. Pero hay muy pocas pelis que merezca la pena verlas de estas cuatro. Creo que Origen es una de esas películas, y que si apetece ir al cine y no toca ir con niños pequeños, la decisión debería ser muy clara. Yo, por mi, le doy un 10. Pero claro, para gustos los colores...

PS: Ana erre, guiye, rachel, tengo que ver esta peli con vosotros, porque si no, me muero, exploto, como lo hizo Peter cuando se comió un polo. Así que ya sabéis, a ahorrar pa verla al cine.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Todo y nada es "posimposible"

Ya sé que he tardado bastante en escribir algo desde la última vez. Sí, es tarde, no sólo por la cantidad de días que llevo sin escribir nada (por aquí), sino también por la hora que es. Y es que últimamente me he vuelto un extraño ser nocturno cutre, que no duerme, pero tampoco sale por ahí (a ver si ahora que empiezan las fiestas de mi barrio eso cambia...). Y a pesar de pasar tanto tiempo despierto y de vivir con el reloj interno hecho polvo, no he hecho nada. Soy un jodido ermitaño que va de aquí para allá sin hacer nada.
Pero estoy dispuesto a recuperarme. Y voy a empezar contando mi paso por Galicia: un rollo. Entre que estaba casi siempre cuidando de mi hermano, que no conocía a nadie de mi edad y que mis habilidades sociales se quedan a cero ante la cantidad ingente de chulos-de-playa que pueblan nuestro litoral, ha sido un coñazo. Y eso sin contar las navajas (marisco, no confundamos, aunque para el caso son igual de tocamorales), con las que me he cortado como unas cinco veces (sí, exagero) en la planta del pie.
Bueno, mi estancia allí me ha dado tiempo para muchas cosas: para pensar; para perfilar algunas ideas para relatos (de las cuales estoy desarrollando una); y para empezar a salir a correr diariamente. Por cierto, aquí dejo una cosilla que escribí hace algún tiempo. Una especie de metáfora extraña que se me metió entre ceja y ceja durante una temporada.

Llevo toda mi vida pasando por esa calle. Vale. No es justo. Sólo tengo 17 años y mi vida es corta, pero llevo pasando por ella desde que tengo memoria, y para mí eso es mucho tiempo. Al principio no pasaba mucho, seguramente de forma casual, sin casi darme cuenta. Era joven, o por lo menos más joven que ahora, e inconsciente. Pasaba por ella, la cruzaba y salía a otra calle, o a una plaza, sin siquiera entender que esta calle era especial. Conforme he ido creciendo he ido pasando por ella con más asiduidad, y he ganado consciencia del tipo de calle que es. Nunca lo entendí del todo, pero a medida que crecía, iban apareciendo pistas, indicios de sus cualidades y características, de modo que empecé a sospecharlo. A día de hoy paso todos los días por esa calle, la recorro de extremo a extremo, unas veces por una acera, otras por la de enfrente. Me paso el día en ella, me siento en los bancos a observar a la gente que, como yo, pasa por ella. Unos felices, los otros tristes. Unos afortunados, los otros con mala suerte.

Unos pasan por ella conscientes de su situación. Los otros, inconscientemente.

PS: "Siempre tenemos que atrevernos a llegar lo mas lejos que podamos, sobrepasando tanto lo posible como lo imposible. Hay que llegar hasta el punto en que estos dos conceptos se dan la mano: Porque recordad, todo y nada es posimposible."