lunes, 16 de mayo de 2011

Un poco de monólogo interior

He decidido romper las esquinas de mi habitación. No me gustan. Acumulan polvo. Parten los rayos de luz, los tuercen.

Un par de motas de polvo cruzan ante mis ojos. Me aburro. Tengo que bajar a la calle, armarme con una buena banda sonora y visitar la ciudad. Ya en la calle, 30 grados me golpean, y me arrepiento de no haberme puesto unos pantalones cortos. Tengo ganas de patinar, pero hace demasiado calor y me da pereza, así que me pongo a andar con Cold War Kids acompañando mis pensamientos. Llevo un par de días pensando que no he avanzado con mi vida. Otra vez. Ese es mi problema: pienso demasiado. Mis amigos me dicen que no me raye, pero tengo demasiada experiencia en ello, y creo que hasta me gusta. Así de raro nací.

Arcade Fire lleva mis devaneos un poco más allá. ¿Por qué siento que estoy en el mismo lugar que hace algún tiempo, si no en uno peor? Pues porque tengo muchas de las cosas que antes quería, y muy pocas de las que quiero ahora. Mi pensamiento ha evolucionado, pero he buscado lo que ya no me satisface. Ahora quiero buscar otras cosas, y me da la impresión de que me voy a dar contra la pared. Mi paseo me lleva por Antón Martín. Hace poco estuve aquí, en la Filmoteca. Bajo por la calle Atocha, pensando todavía en mis cosas. Al final son The Kooks los encargados de sonorizar mi mundo, y pienso en que debo quitarme estos pensamientos de la cabeza, debo dejar de lado esta situación y simplemente sentirme bien.

PS: Estoy cerca del final de mi curso, y eso me alegra

2 comentarios:

  1. ánimo enano que ya te queda menos, coje fuerzas que después tendrás tiempo para ti.

    besos.

    ResponderEliminar
  2. Es poco tiempo el que te queda y vale la pena. Vas a tener tu recompensa :)

    ResponderEliminar