La libertad lleva a la duda y a la indecisión
Me encuentro ante la hoja con la petición de una redacción sobre cualquier tema de la libertad. Libertad. Me dan toda la del mundo para escribir sobre lo que quiera, y no se me ocurre nada. Finalmente me decido a escribir sobre mi falta de ocurrencias. Mucho más fácil me habría sido escribir sobre un tema prefijado, antes que escribir sobre “algo” de la libertad, relacionado con ella. Y es que esa libertad, esa vasta extensión de posibilidades a abarcar en una redacción libre no me induce a otra cosa que quedarme quieto, anonadado por la indecisión.
Y es que las personas, los seres vivos más “avanzados”, los únicos con la capacidad de racionalizar, tenemos un gran miedo a tomar decisiones. Las decisiones, como dice Sartre, son elecciones, y eso es lo que tiene la libertad; que nos obliga a elegir, pues no hacerlo ya es una decisión, una elección. Por eso la gente recurre a excusas, a justificaciones. Por eso queremos las cosas dadas, porque así no tenemos que vivir con la responsabilidad de nuestra elección. Por eso dejamos que otra gente diga qué está de moda este verano. Por eso escuchamos la música que ponen en la radio, porque todos los demás la escuchan. Es mucho más fácil ser una oveja más en el rebaño, pues las cosas nos vienen dadas, no tenemos que elegir. Pero esa es una base equivocada, pues elegimos hacer lo que el resto, dejarnos llevar, sin tener que pensar, ya que actuábamos como el resto de la gente, y no por iniciativa propia.
Luego, no contentos con dejarnos dirigir en cosas más o menos vanales, nos dejamos dirigir en temas importantes. Para eso están los gobiernos. Sean más o menos autoritarios o permisivos, pues nos dicen qué hacer o qué no hacer. Pero de lo que mucha gente no se da cuenta es que esos gobiernos también están dirigidos por gente que tiene miedo de hacer elecciones. Porque ante esa elección está la posibilidad de la equivocación, y como la elección es nuestra, tanto del error como del acierto, es nuestra también.
Ante la hoja del examen. Resulta que lo único que se me ocurría es que no se me ocurría nada, y acabo con una redacción un tanto rara entre las manos. Sólo sé que me duele la mano de escribir y que tengo esperanzas de no haberme equivocado, o mejor dicho, miedo de haberlo hecho. Porque he elegido hacer una redacción como esta y no sé si es lo que realmente se podría pedir para un examen. A lo hecho pecho.
PS: Hoy empieza la primavera!!!!!!! y no sé porque la entrada me sale con una letra más pequeña de lo normal... ¬¬
A pesar de lo poco que te conozco algo me dice que no tendrás nigún problema con los exámenes, y ¡jo, que asco! yo había olvidado que termina el trimestre y no he preparado las notas de mis alumnos :S.
ResponderEliminarEn cuanto a tu examen... genial, no hay muchas palabras, espero que te hayan puesto una gran nota.
Disfruta de la primavera, y no olvides "perder" una tarde jugando en el parque (yo lo hago todos los años, mínimo una)